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Los cuarenta metros de desnivel que hay desde la casa familiar que tenemos en L'Ametlla de Mar hasta la pequeña playa de abajo son el origen del Cubykayak, un kayak ultraligero, fácil de transportar y guardar. Soy deportista y me gusta el piragüismo, así que debía sortear el camino con kayaks pesados o inflables hasta alcanzar el agua.

Un día pensé: -Tienes que hacer un invento y crear un buen kayak que sea rígido, desmontable y que pese poco para poder levarlo cargado a las espaldas.

Tenía la idea. La primera maqueta en miniatura la hice con un trozo de porexpan un cúter. Después de pruebas y más pruebas a escala, construí el primer prototipo a tamaño real. Me encontré que el invento generaba muchas expectativas entre los bañistas que se me acercaban y me preguntaban donde había comprado el kayak. Fue así como me di cuenta de que había encontrado un nicho de mercado no cubierto y que el producto tenía potencial de negocio. Acabé patentándolo y creando la empresa Cubykayak para comercializarlo.

Espero que os dé las satisfacciones que me da a mí, un navegante de travesía pequeña-media (entre 6 a 15 km), de ir por el mundo con el kayak en el coche descubriendo las aguas de todas partes, dulces y saladas o haciendo extraordinarias paseos a vela sin los engorrosos títulos y documentos administrativos que piden a cualquier embarcación que no sea un kayak.